15 / noviembre / 2022 Salud
Los expertos del ICBA advirtieron que no controlar la enfermedad metabólica provoca daños en diferentes órganos, entre ellos el corazón. Cuáles son las mejores estrategias para la prevención.
La diabetes es una enfermedad crónica que se presenta cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o cuando el cuerpo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona que regula el nivel de glucosa en la sangre (glucemia). Un efecto común de la diabetes no controlada es la hiperglucemia que, a largo plazo, puede dañar severamente al organismo.
Como otras patologías que al principio avanzan sin mostrar síntomas, es una enfermedad silenciosa: se estima que uno de cada 10 argentinos mayores de 18 años tiene diabetes y la mayoría, aún no lo sabe.
En el marco del Día Mundial de Diabetes que se conmemora cada 14 de nombre, es importante destacar que, cuando no es debidamente controlada, puede provocar complicaciones en diferentes órganos. Uno de ellos es el corazón.
“La diabetes sigue siendo la primera causa de ingreso a diálisis por insuficiencia renal, la primera causa de amputación no derivado de un trauma, unas de las causas más importante de ceguera en el adulto y además uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de complicaciones cardiovasculares como el infarto de miocardio, el accidente cerebrovascular o la insuficiencia cardíaca”, señaló el doctor Hugo Sanabria (MN 98220), jefe de la clínica de diabetes del ICBA Instituto Cardiovascular.
“En Argentina aproximadamente el 40% de los pacientes con diabetes seguidos por médicos clínicos y especialistas presentan complicaciones cardiovasculares”, precisó Sanabria.
El especialista destacó la importancia de mantener un plan alimentario saludable y evitar el sedentarismo ya que un porcentaje importante de los casos podría prevenirse controlando el exceso de peso a través de estas dos medidas.
En cuanto a la prevención, el segundo pilar son los chequeos médicos periódicos para detectar la afección en forma temprana y evitar que avancen las complicaciones que puede generar: “Una simple muestra de sangre puede determinar la presencia de la enfermedad. Se estima que 1 de cada 4 personas con diabetes desconocen que la padecen”, agregó Sanabria.
La mayoría de los pacientes con diabetes, pueden pasar largos períodos sin desarrollar síntomas por lo que, sin una prueba clínica de laboratorio, no podrá conocerse su presencia.
Cuando finalmente aparecen los síntomas, los más frecuentes son la falta de energía, el aumento de apetito, visión borrosa, pérdida de peso, infecciones urinarias o cutáneas a repetición, heridas que tardan en cicatrizar, la necesidad de orinar en exceso o la polidipsia (beber mucho por sed).
El Ministerio de Salud de la Nación recomienda la medición de la glucosa en sangre en ayunas -que se conoce como glucemia basal-, aunque se debe adelantar cuando existe algún factor de riesgo. Los más importantes son los antecedentes de familiares con diabetes (padres, hermanos, hijos), haber desarrollado la enfermedad durante un embarazo o haber tenido un hijo con peso mayor a 4 kilos al momento del parto.
Otros factores de riesgo importantes son el sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, colesterol alto o tabaquismo.
El jefe de la clínica de diabetes del ICBA Instituto Cardiovascular destacó que el riesgo complicaciones relacionadas a la diabetes se puede reducir a través del control no solo de la glucosa en sangre sino también de los diferentes factores de riesgo cardiovasculares como la hipertensión arterial, la dislipemia y el exceso de peso.
“Diferentes estudios clínicos han demostrado que un paciente con diabetes con adecuado control de sus niveles de azúcar en sangre y de los valores de presión arterial, lípidos y peso corporal, podrá convivir con la enfermedad sin mayores complicaciones”, amplió el experto.
Cuál es la relación entre diabetes y obesidad
En Argentina el 60% de la población presenta exceso de peso y en un tercio de esos casos el sobrepeso llega al grado de obesidad. Estas cifras preocupantes y en constante crecimiento constituyen un serio problema de salud global.
El abordaje del paciente con obesidad fue uno de los temas destacados en el último precongreso del ICBA, desarrollado el 19 de octubre en el Congreso Argentino de Cardiología, ya que la obesidad está asociada a un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad crónica.
“La obesidad no solo se vincula al mayor riesgo de desarrollar diabetes o hipertensión, también al desarrollo de complicaciones cardiovasculares, renales, hepáticas, osteoarticulares e inclusive depresión y cáncer entre otras complicaciones”, indicó la cardióloga María de la Paz Ricapito (MN 118653), coordinadora de la Clínica de Patología Aórtica del ICBA.
El tratamiento se basa en un plan de alimentación saludable y un plan de actividad física regular, sin embargo el descenso de peso es un desafío difícil de lograr para un alto porcentaje de los pacientes.
“Nuestro cerebro está codificado para evitar la pérdida de masa grasa y por ello cuando se introducen planes alimentarios más restrictivos se activan mecanismos de defensa que atenúan o bloquean la reducción de peso. Estos mecanismos se desarrollan a través de intrincados circuitos que relacionan hormonas y señales neuronales entre el tubo digestivo y el sistema nervioso central”, apuntó el doctor Sanabria.
El especialista del ICBA señaló que estos hallazgos científicos están vinculados al desarrollo de fármacos con capacidad de modular circuitos cerebrales reduciendo el apetito y generando mayor saciedad por acción directa en receptores específicos de centros cerebrales vinculados a la regulación de la ingesta.
“Estos fármacos han demostrado gran efectividad en el descenso de peso. Liraglutida, semaglutida y tirzepatide son algunos de los que pueden llevar a un descenso de un 7% a un 20% del peso corporal dependiendo de la dosis y del medicamento seleccionado. Inclusive estos fármacos, algunos de ellos ya aprobados en Argentina para el manejo de diabetes y obesidad, han logrado normalizar valores de azúcar en sangre entre pacientes con prediabetes y diabetes”, expresó Sanabria.
Los expertos coinciden en que el manejo del paciente con obesidad requiere un equipo multidisciplinario para alcanzar hábitos saludables y sostener los cambios adquiridos como así también el uso de fármacos seleccionados que presentan una gran eficacia en colaborar con el descenso de peso corporal. “Con estas nuevas herramientas es posible modificar el curso de esta enfermedad y lograr que los pacientes vivan más y mejor”, subrayó el doctor Sanabria.
“Es por ello que el lema elegido este año en el Día Mundial de la Diabetes es ‘educar para proteger el futuro’. Nos enfoca en la importancia en la educación para prevenir el desarrollo de la enfermedad y para, en los casos que ya se ha establecido, lograr un adecuado control que garantice una camino sin complicaciones”, concluyó el especialista del ICBA.
(Infobae)
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